Uf!! Que nervios...

Malditos nervios. Sí, sé que los nervios son necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo, que sin ellos nuestro cerebro no recibiría los estímulos pertenecientes a cada sentido y vaya lo tendría bastante chungo.

Pero a parte de eso, os habéis parado a pensar los inconvenientes que nos traen. Es más, ya que este es mi blog, hablaré de lo que me acarrean mis queridísimos nervios cuando se ponen a la greña. Pues ansiedad, problemas gástricos, dolor de cabeza, entumecimiento general de los sentidos...

(perdón que ayer me quedé a medias!! Pero gracias! SIGO!)

... pero hay unos de esos síntomas, que es más externo y que me ha acarreado a lo largo de mi vida más de una situación embarazosa. EL SONROJO!

Es horrible ver que de golpe te quedas bloqueada, pero eso se puede disimular un poquito, pero eso de que de golpe tu cara se vuelva fosforita, argh!!!

Hace unos meses me encontré con alguien a quién aprecio (ya me entendéis) y me preguntó si me había maquillado!! Cosa que nunca hago. Inocente de mi, al cabo de un rato me dí cuenta de que me había puesto como un tomate. A mi edad!! Porque encima hay veces que te parece que eres un dibujo de Tex Avery y te va a salir humo por las orejas, pero las más veces, ocurre y ya está, y no te das cuenta y estás roja hasta las cejas. Acabas siendo una Heidi de por vida (adivinar como me llamaban de pequeña -"que mona! si parce la heidi!"-). Es humillante!! (Aunque encima a veces lo encuentran "tierno").


Los malditos nervios. Tengo claro que la mayoría de las dolencias que podría tener son de origen nervioso (hasta la afonía, fíjate), pero lo de la humillación en según que situaciones es lo que llevo peor.

Ya véis con casi 30 años y sonrojándome como una vírgen ;P